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Esta es la rara enfermedad que produce que te pique la piel después de la ducha
La Unión Europea define una enfermedad o condición como rara si afecta a menos de 1 de cada 2000 personas dentro de la población general. Actualmente, hay más de 6.000 enfermedades raras conocidas y se describen nuevas condiciones a través de la literatura médica de manera regular.
1 de cada 17 personas se verá afectada por una enfermedad rara en algún momento de su vida. Esto equivale a 3,5 millones de personas en el Reino Unido y 30 millones de personas en toda Europa.
Dentro de estas enfermedades raras encontraremos el prurito acuagénico, una condición de la piel que hace que le pique la piel cuando entra en contacto con el agua.
Hablamos de prurito o picor cuando “nos referimos a aquella sensación desagradable que hace que nos rasquemos. El prurito acuagénico es el picor, sensación de hormigueo o ardor producido por el contacto con el agua (independientemente de su temperatura) sin lesiones cutáneas evidentes. Suele producirse a los pocos minutos del contacto con el agua y puede durar hasta 2 horas después”, nos cuenta en exclusiva para Vidae la Dra. Marta Elosua, dermatóloga especializada en dermatitis atópica, eccemas y urticaria en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Los médicos no están del todo seguros respecto a cómo se desarrolla esta afección. Podría estar relacionado con procesos celulares anormales en la piel, el sistema nervioso o el sistema inmunológico.
“La verdad es que no se conoce bien por qué se produce esta enfermedad. Algunas hipótesis son que hay un aumento o disfunción de mastocitos que liberarían mayores cantidades de factores que producen picor (como la histamina, leucotrienos o IL-31). Otra teoría es que haya una alteración en las fibras nerviosas que inervan la piel dando lugar al picor. Efectivamente, cuando ya aparecen lesiones en la piel, estaríamos hablando posiblemente de una urticaria acuagénica” apunta Elosua.
Puede ocurrir en casi cualquier parte del cuerpo. La ubicación más común son las piernas, seguidas de los brazos, el pecho y la espalda.
Por lo general, no afecta las palmas de las manos, las plantas de los pies o las membranas mucosas como el interior de la boca, la nariz y las orejas. Esto significa que las personas pueden beber agua sin síntomas.
Los síntomas incluyen picazón intensa, escozor, hormigueo o sensación de ardor después de que el agua entre en contacto con la piel. Muchas personas también experimentan estrés emocional.
Al respecto, la Dra. Marta comenta “En la piel no aparecen lesiones visibles, como mucho aparecerán lesiones secundarias al rascado. Si aparecen habones (que son placas de color rosado ligeramente abultadas) entonces estaríamos hablando de una urticaria producida por el contacto con el agua o urticaria acuagénica”
Los médicos lo diagnostican según los síntomas y cuándo ocurren. Es probable que también pregunten acerca del historial familiar y se realizará un examen físico.
“El diagnóstico generalmente lo hacemos en la consulta gracias a lo que nos cuenta el paciente, pues visualizarlo en el momento en el que ocurre (generalmente tras la ducha) es difícil. Sin embargo, aunque en la mayoría de las veces no se sabe la causa, es conveniente realizar una analítica para descartar otras enfermedades que se pueden asociar, aunque sea poco frecuente, como por ejemplo policitemia vera” comenta Elosua.
Casi dos tercios de las personas con policitemia vera tienen prurito acuagénico. Esta es una afección potencialmente grave en la que el cuerpo produce demasiados glóbulos rojos. El prurito acuagénico también puede ocurrir con otras condiciones médicas como:
A veces, más de una persona en una familia tiene esta condición. Pero las investigaciones aún no han identificado un gen específico relacionado con la afección que pueda transmitirse de padres a hijos.
No existe cura, pero el tratamiento puede ayudarte a controlar la enfermedad. Si un medicamento lo causa, los síntomas generalmente desaparecen cuando dejas de tomar el medicamento. Si por el contrario los síntomas son derivados de una afección médica subyacente, el tratamiento de esta afección puede ayudar a revertir o reducir sus síntomas.
El tratamiento puede ser retador. Los médicos utilizan una amplia gama de tratamientos, incluidos medicamentos, procedimientos y remedios naturales. Es posible que debas probar diferentes tratamientos hasta encontrar uno que funcione para ti.
“En general, salvo que haya una causa conocida, el tratamiento es un desafío. Se puede tratar inicialmente con antihistamínicos (generalmente tomados antes del contacto con el agua, por ejemplo, antes de la ducha), pero muchas veces no funcionan. Otros tratamientos utilizados son la fototerapia con luz ultravioleta B, alcalinizar el agua con bicarbonato sódico, antidepresivos u otros medicamentos utilizados con resultados bastante variables” culmina la Dra. Marta Elosua.
Los médicos usan una variedad de medicamentos y procedimientos para ayudar a aliviar la picazón y el dolor. Tal como apunta Elosua, estos pueden incluir:
Los remedios naturales para controlar los síntomas incluyen:
Si no se trata, esta enfermedad puede llegar a disminuir tu calidad de vida. Recomendamos que trabajes mucho mano a mano con tu médico para obtener un mejor control de los síntomas, de modo que puedas ducharte y nadar sin problemas.
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