Una familia brasileña consume en promedio 116 litros de agua por día, según el último levantamiento del estudio Cuentas Económicas y Ambientales del Agua, realizado por el IBGE en colaboración con la Agencia Nacional de Aguas.De este total, buena parte del consumo se destina a la preparación de alimentos y también a la hidratación, lo que debería corresponder a una ingesta diaria de 2,5 a 3 litros de agua para el bien del organismo humano.Sin embargo, asegurarse de la calidad del agua utilizada diariamente es importante para mantener una buena salud y, por lo tanto, la elección del sistema de filtración es fundamental.El gerente de la empresa, especialista en sistemas de filtración Asstefil, explica que la llegada de los primeros filtros de agua a Brasil, hace cerca de un siglo, marcó un importante avance en la reducción de epidemias provocadas por la escasez de recursos de tratamiento y distribución de agua.“Hoy sabemos que un filtro eficiente necesita poder eliminar las impurezas del agua, los sabores y olores no deseados, y especialmente las bacterias y microorganismos que amenazan nuestra salud”, dice Fábio de Oliveira.Entre las opciones más conocidas está el popular filtro de arcilla, común en muchos hogares brasileños.A través de una pieza llamada vela, el objeto realiza una filtración mecánica a base de carbón activado y otros minerales.Aunque eficiente, esta opción requiere cuidados esenciales para su mantenimiento.“El filtro de arcilla puede acumular suciedad si tiene grietas.Además, sin una limpieza a fondo, la pieza puede convertirse en un ambiente propicio para el desarrollo de microorganismos presentes en el agua y en el medio ambiente”, explica Oliveira.Con los años, los filtros de agua residenciales se han vuelto más eficientes en la eliminación de contaminantes.Con los sistemas de punto de uso (POU), es posible garantizar el acceso al agua filtrada más rápido y más cerca de los fregaderos y mostradores, o incluso con instalaciones directas en los grifos.“POU reduce los niveles de cloro del agua antes del consumo, mejorando el sabor para la ingestión y preparación de alimentos.El sistema también retiene partículas sólidas y sedimentos, y contaminantes que interfieren con la calidad del agua”, dice el gerente de Asstefil.Otra opción para viviendas es el filtro de punto central (POC), que cuenta con un sistema capaz de abastecer de agua filtrada a toda la vivienda, además de captar las partículas de suciedad que acaban depositándose en el fondo de los depósitos de agua y que son arrastradas a la cañería de una residencia.Según Fábio de Oliveira, para ambas opciones, se debe tener en cuenta el tiempo de cambio y mantenimiento de los filtros, para preservar buenos resultados.Varios sectores industriales necesitan mantener los niveles más altos de buena calidad del agua para obtener un resultado satisfactorio.Por ello, los filtros de agua destinados a los sectores químico, farmacéutico y alimentario se fabrican para conseguir un alto rendimiento y garantizar la mejor compatibilidad química en los diferentes niveles de exigencia.También se aconseja a las industrias que realicen una prefiltración, que precede a las etapas de tratamiento del agua y evita que determinadas partículas pongan en riesgo los procesos químicos o mecánicos utilizados.La aplicación de un sistema de filtración puede variar según el tamaño y la cantidad de partículas a detener.“Un sistema de membrana semipermeable, por ejemplo, es ideal para producciones que requieren la ausencia de sales minerales y micropartículas.En otras palabras, es fundamental entender las necesidades y los recursos disponibles”, concluye Oliveira.Utilizamos cookies y otras tecnologías similares para mejorar su experiencia en nuestros servicios, personalizar la publicidad y recomendarle contenido de su interés.Al utilizar nuestros servicios, usted acepta dicho seguimiento.Obtenga más información sobre nuestra Política de privacidad.