En Porto de Mós, el agua de lluvia tratada sale ″lista para beber″ de las fuentes

2022-09-17 08:44:51 By : Ms. Zoe Jiang

Foto: Nuno Brites / Imágenes globalesVivir con escasez de agua es algo a lo que están acostumbrados los habitantes de los pueblos de montaña de Porto de Mós.Durante décadas, desarrollaron estrategias para retener el agua de lluvia, a través de simples sumideros, canalizando los aleros hacia cisternas o los llamados Techos de Água da Mendiga y Serro Ventoso.Aquí, la lluvia es recolectada a través de una losa natural, del tamaño de una cancha de fútbol, ​​y conducida a depósitos, pasando luego por varias etapas de filtración, hasta llegar a las fuentes “seguras para el consumo”.IPMALas temperaturas máximas podrían alcanzar los 25 grados este martes"Es bueno, pero bueno. Mucha gente viene aquí para llenar damajuanas, incluso de afuera", atestigua Lúcio Vicente, de 67 años, tantos como los Techos del Água da Mendiga.Tesorero de la União de Freguesias (UF), que también se une a Arrimal, sabe cómo funciona el sistema como pocos.El padre trabajó en su construcción y fue, durante años, el responsable de la casa filtro, de donde sale el agua "lista para beber".La calidad es controlada por la Cámara, a través de "análisis regulares", explica Francisco Baptista, presidente de la UF.Ve a llenar botellasZulmira Costa, de 83 años, ya perdió la cuenta de las damajuanas que llenó en la fuente.Solo el peso de la edad le impide volverse ahora hacia la fuente.“A mí me cuesta subir aquí arriba, pero venía más de una vez al día. De esa agua también bebía el ganado”, recuerda, señalando la pileta construida al otro lado del camino preparada para los animales.Más arriba hay otro."La gente bajaba de la montaña con su ganado. Para evitar que cruzaran la carretera nacional, se construyó el sumidero junto a la iglesia", dice Lúcio Vicente.José Manuel Neto, de 77 años, invoca la memoria de su suegro, Manuel Baptista Amado, expresidente del directorio y uno de los mentores del proyecto.“Se inspiró en el sistema de cisternas. Antiguamente, cuando se construía una casa en la montaña, se hacía un pozo al lado para aprovechar el agua de lluvia”, cuenta el comerciante, lamentando que se haya perdido esa “costumbre”. .Nacido en Serro Ventoso, parroquia que siguió el ejemplo de Mendiga, José Neto revela que, inicialmente, la idea "no fue bien recibida por las autoridades".Pero la resistencia de los organismos oficiales no disuadió a los promotores.“La losa estaba ahí. Solo era cuestión de tapar unas grietas. Se construyeron dos tanques grandes, cada uno con una capacidad de un millón de litros y que en este momento están ocupados al 75% de los años, pero el trabajo estaba hecho”, dice Lúcio Vicente.La inauguración tuvo lugar en 1954 y en las décadas siguientes, los Telhados de Água fueron el único medio para abastecer esos pueblos.Con la red pública, hace unos 30 años, los sistemas siguieron funcionando y aún hoy son utilizados por la población local e incluso por gente de fuera que acude allí a llenar las damajuanas.Recibe las noticias del día y las últimas alertas.Vea un ejemplo aquí.