Cabo Verde está en Emergencia Hídrica desde 2020. La aridez del clima junto con las prolongadas crisis de sequía en las últimas décadas, explican su enorme dependencia de las aguas subterráneas y de la implantación de soluciones como la construcción de presas y plantas desalinizadoras.

La población con acceso a la red pública como principal fuente de suministro era del 70% en 2019. Sin embargo, en la última década la tasa de acceso ha aumentado un 7,6% y el suministro de agua para agricultura y ganadería ha crecido un 19% entre 2016-2020. En el ámbito de saneamiento, en 2019 aproximadamente el 85% de la población tenía acceso a un sistema de evacuación de aguas residuales (el 90% en medio urbano, y el 75% en zonas rurales).

Con una demanda de recursos hídricos en crecimiento, el sector del agua es prioritario para el Gobierno del archipiélago y, junto con otros actores nacionales e internacionales, públicos y privados, está llevando a cabo reformas y estrategias para desarrollar el sector, entre las que destacan el Plan Estratégico Nacional de Agua y Saneamiento (PLENAS) y el Plan de Acción Nacional para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos.

En la actualidad, en Cabo Verde se produce agua desalada a partir de agua de mar en la mayoría de las islas, a través de la ósmosis inversa. Cuentan con 14 plantas desaladoras instaladas con una capacidad aproximada de 45.120 m³ diarios y 11 estaciones de tratamiento de aguas residuales con una capacidad total de tratamiento de 16.200 m³ diarios. En ambos subsectores existen varios proyectos en cartera para la construcción de infraestructuras. La oferta de agua y saneamiento ha experimentado un sólido crecimiento apoyada por los planes gubernamentales de desarrollo del sector con el propósito de cumplir el ODS 6. No obstante, los resultados todavía son insuficientes y se necesita continuar invirtiendo y planificando los recursos hídricos del país.

Los resultados del Plan Estratégico Nacional de Agua y Saneamiento estiman que el país necesitaría 201.495 m³/día en 2030 para satisfacer a una población de aproximadamente 650.000 habitantes para el consumo doméstico y no doméstico, la agricultura, industria y turismo.

Durante la última década, se han realizado importantes avances, sin embargo, los retos del sector continúan siendo enormes, con desafíos y oportunidades de desarrollo, como la disminución de pérdidas del recurso en el transporte y la distribución, la mejora de la disponibilidad de suministro de agua en cantidad y calidad para los diferentes consumidores, y el fomento del uso eficiente del agua en los diferentes sectores económicos. La Agencia Nacional de Agua y Saneamiento (ANAS), estima que para continuar con la modernización del sector es necesaria una inversión total de 700 millones de euros en los próximos 20 años.

Las relaciones comerciales entre España y Cabo Verde son óptimas y están favorecidas por la cercanía geográfica, la firma de acuerdos en materias como la migración y vigilancia marítima, y desde enero de 2021, la firma del convenio de Doble Imposición (CDI).

Las empresas españolas tienen la posibilidad de beneficiarse de los planes gubernamentales y multilaterales vigentes, que tienen como misión garantizar el acceso universal del agua, el desarrollo del sector y el crecimiento de la economía. Otra fuente de oportunidades es la exportación de materiales.

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